
Me levanté en casa de mi abuela. Nos quedamos a comer allí mi madre e yo.
A la tarde vi una película de una chica que se cambiaba la mente con un delincuente.
Llegué a casa y llamaron Xevi, Fescu, Font y Arnau al timbre. Les hice subir y lego bajamos.
Mientras andábamos por la calle a Fescu le empezó a salir sangre de la nariz. Suerte que pasaba una mujer y nos dio un pañuelo.
Luego ya fuimos para casa.
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